«La mochila nos reconcilió con el porteo»

Posted by on Mar 18, 2014 in Vivencias | 0 comments

«La mochila nos reconcilió con el porteo»

En consonancia con la temática de este mes: «Porteo con niños mayores», durante estos días vamos a publicar experiencias de diferentes familias.  Hoy escribe Edith, mamá de 3 peques y en este texto nos habla sobre su experiencia con su hijo mediano, Beñat.

En nuestro caso, cuando Beñat se animo a andar empezó a decaer el porteo, ya dejó de pedir tantos brazos, prefería ir a los sitios andando, despacito pero él sólo.

Pero claro, se cansaba pronto, así que enseguida me dejaba subirle otra vez al portabebé, y en aquel entonces tirábamos mucho de fular a la espalda. Un vez que cumplió los dos años ya se negó en rotundo en ir en portabebés, y tuvimos una huelga de porteo en toda regla. Hasta el punto de que si en un momento dado pedía brazos y yo le decía que tenía que ir en el portabebé (porque sino me hacía polvo la espalda), él se negaba y prefería seguir andando.

Así estuvimos unos seis meses, prácticamente todo el otoño-invierno, yo pensé que el porteo había terminado para nosotros. Pero claro, llegó la primavera y comenzamos a hacer excursiones al campo y él se cansaba, necesitaba dormir… entonces empezó a acceder a ir en el portabebé, pero sólo en SU mochila; le compré una mochila de buhos para él y le encantó así que ya no pedía brazos, pedía SU mochila 🙂 En esta temporada sólo quería porteo para descansar. Se echaba su siesta y enseguida pedía otra vez que le bajara. La mochila nos daba la rapidez que necesitabamos, porque Beñat no estaba por la labor de dejarse envolver por el fular. Y a la vez nos daba el soporte que exigía el peso del peque porque por ejemplo, con la bandolera, se me cargaba mucho el hombro si la siesta se alargaba 😉 La mochila reparte perfectamente el peso en los dos hombros y en las caderas, por lo cual me resultaba muy cómodo para las largas caminatas o las excursiones de día completo. Por último, cuando elijas una mochila para un niño mayor es importante que te fijes en el panel, debe ser ancho para que realmente el portabebé abarque bien el espacio de corva a corva, para que el niño pueda mantener la postura ranita sin problema. Yo, en nuestro caso, elegí una mochila toddler.

Ahora ya tiene 3 años y medio y el porteo ha vuelto a dar un giro más, en estos momentos sólo quiere porteo para mimosear un poquito y compartir momentos divertidos conmigo, así que ahora cualquier portabebé nos vale, él elige el que quiere, y disfrutamos muchísimo. Son momentos en casa, en los que le toca compartir el porteo con Maialen de un año y les encanta a los dos!

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