Antes de tener hijos no reparamos en exceso en la logística que supone llegar de un lugar a otro, simplemente nos liamos la manta a la cabeza, nos hacemos con una buena guía de viaje y estudiamos al detalle cuales son los lugares de interés que vamos a visitar. Una vez llegados a destino no nos preocupa si tendremos que ir en taxi, si cogeremos un bus o si tendremos que llegar en tren, simplemente escogemos la opción que nos parece más cómoda o más económica y listos.

Sin embargo, con la llegada de un bebe todo el mundo nos advierte de la locura que supone organizar una escapada a Londres o unas largas vacaciones a Portugal, Nueva York o Suecia ¡y ni decir tiene si decidimos dar el salto a África o Asia ! Según nos cuentan, viajar se complica hasta el infinito en el momento en el que se incorpora un nuevo miembro en la familia; hay que llevar mudas, pañales, maletas pero sobretodo, lo que más parece preocupar al entorno es… ¿dónde vas a meter el carro? En el aeropuerto molesta, en el avión nos va a cobrar sobrecoste, en el autobús hay que plegarlo o subirlo y al llegar al hotel hay que sortearlo cada vez que queremos pasar de un lado al otro de la habitación. Con estos antecedentes, sin duda, el mayor inconveniente para un viaje cómodo, agradable no es en ningún caso el bebe, ¡es el cochecito! ¿verdad?

Empecemos pues nuestro viaje aparcando el carrito y preparando la maleta con nuestros portabebés.

¿Qué portabebés me llevo?

Es difícil aconsejar uno u otro, porque todo va a depender mucho de la edad del bebe, del lugar que vayamos a visitar y de nuestras propias preferencias, pero sin ningún género de duda el portabebés indispensable para nuestro viaje va a ser siempre una bandolera (aunque esta más bien debería ser indispensable en nuestro fondo de armario).

En el aeropuerto necesitaremos un portabebés fácil de poner y quitar, pues a pesar de que podamos estar varias horas en el mismo lugar es habitual ir de un lado a otro, sentarse a tomar un café, almorzar, ir al baño, etc…por lo que una bandolera, un portabebé ligero tipo tonga o suppori o una mochila pueden ser opciones muy recomendables y es aconsejable (por aquello de no andar abriendo y cerrando maletas) utilizar el mismo portabebés hasta que hayamos llegado a nuestro lugar de alojamiento.

Los traslados aeropuerto-hotel-aeropuerto pueden llevarse a cabo mediante transfer privado, bus, tren o metro. Es indiscutible la ventaja que supone no ocupar un espacio excesivo en cualquiera de estos transportes y poder simplemente quitarnos y ponernos el portabebé como aquel que se quita el abrigo o la bufanda.

En el hotel no ocupamos un espacio innecesario. Si hemos contratado una habitación estándar no deberemos preocuparnos de plegar y desplegar el carro, o sortearlo cada vez que tengamos que movernos por la habitación, es tan simple como dejar nuestro portabebé en el armario y descansar debidamente.

Y en destino….¡llega lo mejor! Podemos visitar los callejones de cualquier ciudad, las catedrales y edificios emblemáticos cuyas escaleras hacen inaccesible la entrada de cualquier carrito. Aquí sí podremos desplegar nuestro arsenal y disfrutar con nuestro portabebes favorito; fular tejido, Mei tai, pouch…sólo depende del tamaño de la maleta que hayas decidido traer!

Roser Oliver SICB 2014-2

Sin duda viajar con bebes supone toda una aventura, pero eso no debo asustarnos ni abrumarnos, es tan fácil como acordarse de añadir un portabebes a nuestro equipaje y prepararse para vivirlo sin prisas, sin agobios y sin elementos innecesarios.